Muchos son los factores que en invierno nos hacen quedarnos en casa tirados en el sofá, calentitos con el brasero como mejor aliado y no mas lejos de la realidad ya que esa es la mejor opción cuando el frío aprieta, pero en lo que llevamos de invierno, las temperaturas no están siendo demasiado bajas durante el día, diferente es por la noche que si están dejando heladas con hielo matutino en las orillas de umbría. Quizás este invierno templado se deba a las lluvias caídas durante la segunda parte del Otoño o al temido cambio climático o mas bien a que la segunda parte del invierno si parece que va a ser mas cruda.

Yo personalmente soy de los que mira y remira el tiempo casi todos los días para ver las temperaturas máximas y mínimas de cada día, el viento, las precipitaciones, presiones... no solo de la zona que voy a pescar sino también de las zonas limítrofes, por eso de los cambios en la temperatura en el aire, para así ir seguro cuando cargo el coche y no perder un día de pesca en la orilla del pantano helado hasta los huesos y sin tener picadas, pues prefiero esperarme a un buen día antes que comerme un bolo muerto de frío.

Ya en estos primeros días del años he tenido la ocasión de poder salir de pesca e incluso de que me huelan las manos a pescado, un comienzo de año muy bueno en cuestión de picadas aunque el peso no ha sido muy elevado, pero si que ya he disfrutado de buenas carreras aunque como todos sabemos ahora con el frió los peces tiran menos, pero quizás mi incentivo no es ahora en esta época el luchar con el pez sino el engañarlos para que tome mi cebo pues creo que es lo mas difícil en época invernal.

Así es que en los primeros días del años planteé una corta sesión invernal de esas que cuando suena el reloj a las seis de la mañana no te lo quieres creer y rezas porque el sol caliente tu puesto, antes de amanecer ya estaba en la orilla y pese a que las predicciones daban como un día claro y soleado, la mañana transcurría bajo una densa niebla con una nula actividad, por lo tanto, parecía que iba a ser una jornada de brasero y enaguillas, hasta que a mediodía, con el primer rayo de sol, se arranca la primera picada y con ella la esperanza de que el día mejore y no mas lejos de la realidad, pues cuando estábamos soltando esta captura un péndulo anuncia una picada trasera la cuál no llegó a clavar.
Terminando de comer y con una tarde agradable, otra alarmar empieza a cantar y tras una lucha entre aneas consigo ensalabrar la segunda carpa de la sesión.
El día parece que merece la pena pues las picadas se están sucediendo, cuando de repente una picada lateral muy fuerte hace doblarse la caña la cuál rápidamente clavo y da la impresión que puede ser un buen pez, pero la sorpresa no vendría sola pues otra de las cañas también se arranca por lo que el trabajo se acumula, mi padre clava con muchísimo cuidado ya que él me acompaña pero no pesca y veo que a él también le tira mucho la carpa, así es que el doblete puede ser espectacular pero de pronto noto que mi linea se afloja y mi pez se desanzuela. Es mucha la rabia que me da, pero tengo que intentar sacar la otra carpa y así fue tras unos minutos consigo hacerme con otra captura.


Ya estaba mas que satisfecho de la jornada pero quería apurar un poco la tarde y que cayese la noche. Para mi sorpresa otra carpa decide tomar mi cebo y con ella concluyó la corta pero intensa jornada de pesca invernal, en la que pude disfrutar de capturas y sobre todo de la mejor compañía con mi padre que no se cual de los dos disfruto mas.
Como siempre digo " las pepas están en el pantano no en el salón de la casa "
Un saludo y como siempre captura y suelta